sábado, 12 de marzo de 2011

pensamientos fugaces I

Tiene algo especial volver a un lugar en el que viviste algo importante; sea un parque donde iniciaste un amor, o la parada de autobús en la que te confirmaron que habías conseguido tu primer trabajo, el bar de la universidad, o una habitación de hotel... Cuando te adentras en esos espacios ya remotos, parece que las cosas siguen tal cual las dejaste, como si no se hubieran movido ni un milimetro, como si tuvieran la misión oculta de esperarnos ahí para siempre. Entonces me quedo parado y trato de imbuirme del espirítu feliz que me inundaba en aquel tiempo, de volver a saborear la vivencia. Con los años, lógicamente, su fuerza ha ido menguando, nada permanece, todo va mudando. Pero si aprieto un poco el recuerdo sé que sigue dentro el sueño, la impronta de un momento que me ha hecho ser cómo soy.

"Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría no podrá morir nunca" JOSÉ HIERRO