viernes, 14 de noviembre de 2008

HOY ES UN DÍA RARO

Hoy es un día raro. Han pasado los días lluviosos de las últimas semanas y todo vuelve a la persistente normalidad. El tiempo es volátil y silencioso como un felino entre matorrales. Nos erosiona el rostro, labrando la piel con afilados pinceles invisibles, nos da empujones sin saber que los recibimos.

Me he parado a contemplar lo circundante, la parte de vida que comparto con el exterior. Por las mañanas trabajo, después como, y las tardes pasan balanceándose entre los sueños y la luz decadente del anochecer. He descubierto que soy completamente distinto a la persona que era hace cinco años; otra ciudad, distinto trabajo, opiniones nuevas sobre el mundo. Pero es que además, también tengo claro que seré diferente al hombre de cuarenta años que se avecina. Ciclos que comienzan y acaban sobre sí mismos.

En este instante, las cosas están en su sitio. Disfruto fugazmente de los manjares que brinda la vida cotidiana como si fueran aventuras que me llevarán a mundos paralelos, a galaxias lejanas. Alrededor, las penas golpean las ventanas, las injusticias campan a sus anchas, el miedo asusta en todas las calles solitarias. Sin embargo, aquí seguimos, blandiendo una sonrisa por esperanza, tomando cada café con sorbos gloriosos, atendiendo a los seres queridos para abrigarnos el alma. Pocas cosas entre las manos y grandes riquezas que nadie nos arrebatará. Ahora voy a salir a la calle, es viernes, toda una inmensa tarde con su luz sobreviviente lamiendo un camino que abro con mis pasos.

1 comentario:

mariapán dijo...

¡genial genial genial! ¡¡me ha encantado esta reflexión Janan! no sólo me he sentido identificada (supongo que hace 5 años yo estaba ahí dónde tú, compartiamos ciclo)si no que me ha parecido justa y perfectamente escrita. Cuando yo sea mayor escribiré algo parecido ¿vale?
jejeje
Besitos


"Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría no podrá morir nunca" JOSÉ HIERRO