lunes, 13 de julio de 2009

El Periodismo

Cada vez me fío menos de los periódicos. Tratan de engañarnos con su visión absoluta de la realidad, con sus agudísimas opiniones sobre el mundanal ruido, pero totalmente alejados de la rutina cotidiana de cualquier ciudadano. Esta aseveración la realizo después de quedar totalmente asombrado por la cobertura de ciertas noticias abordadas por el periodismo actual.

La primera, a nivel local, extraída del periódico “Úbeda Información”. En los últimos fechas se dedicaron a reflejar a toda página los reproches que políticos de IU lanzaban sobre el ayuntamiento en relación a un problema sobre el vertedero. Y en esa misma página, en un reducidísimo faldón en la esquina derecha informaban sobre una redada de grandísimas dimensiones que se había realizado en la ciudad, tras la que se detuvieron a 12 personas y se incautaron no sé cuantos kilos de droga y armas.

Claro, uno lee estas cosas y piensa que es debido al localismo exacerbado imperante en los pueblos. Sin embargo, en “El País”, periódico de tirada nacional, durante esta semana he leído en dos días consecutivos el tinglado que se ha formado por una denuncia interpuesta debido al volumen excesivo de las campanas de la catedral de Jaén. Por un lado, atendieron a las reacciones de la alcaldía y, al día siguiente, la respuesta del partido de la oposición. Yo no desprecio el sufrimiento insufrible, valga la redundancia, de la persona que tenga que soportar el tañido de las campanas, pero mi objeción va en otro sentido: verdaderamente, ¿la noticia más importante ocurrida en Jaén es la del repique del campanario de la catedral, que además era la única?.

He señalado la postura de dos periódicos, pero no creo que el resto mantenga una filosofía muy distinta a lo ya expuesto. En fin, no entiendo nada, y menos voy a entender leyendo periódicos sesgados y ridículos.

1 comentario:

Jose Manuel Almansa dijo...

Desde luego, la Yoli tiene la culpa... y eso que contrasta información entre caracol y caña, eh!!! jejejejjeje


"Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría no podrá morir nunca" JOSÉ HIERRO