lunes, 27 de julio de 2009

ESCENA DE AMOR EN LA ESTACIÓN

Llamas para avisar que el tren va con retraso,
el tiempo parece esquivar mis sueños.

Las nubes planean sobre la tarde
y el sol entreteje las vías
con hilos de lana blanca.
Tengo tantas ganas de verte
que casi olvido la falta que me hacías.

Espero en unos de esos bancos metálicos
que flanquean el foso de los trenes.
Nunca terminas de llegar
mientras el enorme reloj de la entrada
marca los segundos que aún me apartan de ti.

A lo lejos surge el tren lentamente,
la sirena vomita sus últimos jadeos
abriéndose paso entre las cortinas del aire.
Falta tan poco. Durante un instante pienso
que has podido bajar en otra parada
y un pájaro negro picotea mis huesos.
Escudriño ávidamente las ventanas
hasta que tu rostro quiebra la niebla del cristal.
Sonríes, te sonrío,
que sencillo ser feliz.
Ya juntos cruzamos unas palabras
y nos alejamos entre la gente:
- ¿has tenido buen viaje?
- Sí, ahora que he llegado.

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"Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría no podrá morir nunca" JOSÉ HIERRO