miércoles, 28 de octubre de 2009

El cuento de la venta de pisos

El tema de la vivienda es una patraña increíble. Todo el mundo vive en sus mundos de yupi y cada uno ve una realidad distinta. Por un lado, están los dueños que quieren vender sus pisos al precio marcado hace tres años, como si estuvieran dentro de la burbuja inmobiliaria que reventó hace dos. O te encuentras con el personaje que supuestamente está concienciado con la crisis y vende su vivienda a 37 millones cuando antes estaba a 40, otra salvajada. Ciertamente no sé quien es peor si el primero que sigue alojado en la fantasía de la especulación inmobiliaria o el que te quiere engañar vendiéndolo carísimo con la excusa de hacer la rebaja. Y luego, en el otro extremo, encontramos a los infelices que pretenden comprar un piso a un precio más ajustado y se dan de bruces a las primeras de cambio, pura fantasía. Claro, los segundos no quieren pagar más de lo debido, sobre todo porque el que compra hoy en día lo que desea es vivir en un hogar y dejarse de especular, y también porque los bancos han echado el cerrojo y ponen más impedimentos a la hora de otorgar un crédito.

El caso es que las situaciones absurdas se multiplican, y a mí, me encabronan soberanamente. Por ejemplo, tienes al individuo que dice que la cosa ya no está tan disparatada, pero no se avergüenza cuando comenta que hace 10 años compró una casa por 4 millones y ahora por menos de 50 no la vende, e incluso, hay propietarios que han sido embargados por el banco ante de negarse a rebajar el importe. En definitiva, nos hallamos en una situación de inmovilidad esperando a que el mercado vuelva a reactivarse por arte de magia. Sería necesario que la gente valorase el asunto con perspectiva, analizando la evolución que ha tenido la venta de pisos a lo largo de la década y se extrajesen las verdaderas causas del crecimiento desmesurado de los precios. Hay que recuperar el equilibrio y comprender que un inmueble no puede revalorizarse en un 1000 por 100 en pocos años si no es a causa del negocio ficticio que provocaron las inmobiliarias y los bancos. Debería salir alguien del gobierno, ¿no teníamos un ministerio de la vivienda?, para que pusiese orden en el asunto y concienciase a todos los implicados con el fin de recuperar la cordura.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Burbujita de cemento, maciza de avaricia.

Malnacidos aquellos que intencionadamente nos joden el derecho a vivir.

Es cierto que sobramos gente... que caigan ellos los primeros.

Jose Manuel Almansa dijo...

Ya veo que la búsqueda de piso empieza a minar vuestros ánimos... poco a poco, podréis con eso y con más!

Jose Manuel Almansa dijo...

Felicidades por la terraza chill-out!


"Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría no podrá morir nunca" JOSÉ HIERRO